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lunes, 25 de mayo de 2009

Mendigar por el mendigo

Hay impulsos en los hombres que es necesario rescatar, potenciar, sacarlos del letargo, como el heroísmo, la solidaridad, la cortesía hacia el prójimo. ¿Quién no socorrería a alguien que pide auxilio en un accidente? ¿Quién no siente una genuina alegría al sentir que a sido útil a alguien, al extraño que nos pide la mano cuando sus fuerzas desfallecen?.

Cada día que paso en este mundo, me convenzo de que hay un acervo de buenos instintos en todos los hombres; en los que extienden la mano pidiendo socorro, en los que extienden la mano solidaria, ¿no es bello encontrar esos grandes detalles que nos humanan tanto?.

Porque será, que cuando mendiga un indigente, no siempre recaemos en el pedido de auxilio, en el socorro, que implícitamente se infiltra en sus pedidos, si son niños o ancianos su vulnerabilidad, si son adultos la urgencia de solucionar la situación de su familia que, ¿Estarán al abrigo de una casa? ¿Tendrán que comer? ¿Tendrán abrigo en invierno? ¿Estarán sus hijos educándose adecuadamente?. ¿No es un milagro que estas personas sufran humillación mendigando y no hayan caído en el delito del robo, del crimen? ¿no es un milagro que estas personas nos extiendan la mano? , quizás vieron en nosotros un no se que, algo que los hizo figurar un héroe que nosotros no supimos descubrir en nosotros mismos, en cambio ellos nos dan gratis la oportunidad de reflotar al héroe que todos tenemos, cuando damos, cuando pedimos.

¡Podemos hacer algo todos! ¡Pequeños gestos nos cambian la vida!, unas monedas, ropa, consejo, no sé, son tantos las cosas o gestos que pueden hacer la diferencia. Pedir a las autoridades que hagan algo, si es que tuvieran la sensibilidad necesaria, pero recuerde, el camino más corto es Usted mismo, Usted puede ser el héroe, con una mirada de aliento hacia el prójimo abecés es suficiente, ¿no le parece?...

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