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lunes, 29 de agosto de 2011

Obstinación

Hoy está nevando. Las copas de los árboles repletas de nieve, que más... la sabana de nieve se rompe con mis pasos. El aire quieto. Estoy solo...

Sigo caminando. Huy, hay que caminar con cuidado, a ver, por aquí.
Los árboles están sin hojas, están desnudos, huesos cubiertos de nieve...
La nieve y su silencio, solamente mis pasos. Me detengo y nada. Prosigo. Hable del silencio, de ese silencio que me permite escuchar mis pasos que saben a crujido. Como si caminase sobre papas fritas o cereales.
Tengo hambre, tengo todavía mucho por andar. Ya habrá tiempo.
El silencio te hace pensar a veces en nada, caminas mirando solamente, pero, otras, te salta a la mente un recuerdo, como me sucede ahora que lo tengo a mi hermano. Sucede que nos dejó. No quiero abrumaros con cosas al estilo: se fue allí, allá.
En fin, mi hermano y su humor. Me hacía reír, perdón, nos hacía reír. Un humor sano. Esperen que esquive un charco, por aquí, ya esta, prosigo. Ocurrencias de todo tipo. Si una canción, que si un vídeo, una ocasión para hacerte cosquillas con el corazón.
Extraño esos esporádicos encuentros, el ver el correr de los años y seguir su crecimiento. De niño a hombre. Los más grandes generalmente vemos estos cambios, ese crecer, ese transitar caminos que hemos transitado. Pensar que ya no tendré oportunidad de compartir más cumpleaños y pensar que hubo otro que no lo compartimos, ya sabe, por una cosa o la otra. y. Ahora... Nada, que ya no hay vuelta atrás. Querer retroceder en el tiempo y estar más tiempo con mi hermano sabiendo que el tiempo nos separaría en algún momento de un soplo. De un soplo, en un abrir y cerrar de ojos, increíble. Y luego que no lo crees, y luego bronca y luego nada...
La nieve por delante tiene algo de ese misterio. Miremos... blancura, pureza, uniformidad, belleza. Pero también es desolada, silenciosa y puede encerrar peligros. Y la nada tiene algo de eso. Es abismo sobre todo. Puede sorprendernos, puede destruirnos o simplemente detenernos. Sigo caminando, parece que no voy a llegar nunca.
Contemplación pura, La nada, la nada, un eco repetitivo de silencios o ruidos de pensamientos sin rumbo. A la deriva.
Tiene algún sentido todo esto. Porque quiero encontrar un sentido a la ausencia. Qué, ahora no se puede estar desamorado de la vida. Qué, está prohibido sentir que todo te resbala. Qué, está mal pensar y pensar en la persona que queremos, Qué, que está mejor así, que sé salvo de sentir los avatares de esta vida decepcionante. Que, está prohibido sentir como te plazca...
No, también en esto tenemos que seguir con convenciones. No pienses, Me doy manija, cuerda. Olvida. Lo que faltaba. Duelo, un bledo. Ahora metieron en un reloj mi luto, todo cronometrado. Que, si recuerdo más de tantos meses, estoy enfermo. Pongan todos los relojes, van a necesitar muchos...
Llegue a una bifurcación, tiro una moneda al aire, salió cara, voy por la derecha. Que nos sucede es azaroso, pero mientras camino y me doy ánimo, se me ocurre que últimamente tengo una idea fija. No te olvidaré aquí ni en medio de tanta gente...

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