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lunes, 2 de enero de 2012

Deja, Poesía, PFJ, 2008


Deja que vuelen los pájaros en el vuelo,
deja reírte en la alegría,
llorar en el desengaño,
deja que todo culmine.
Como un arco iris, un tropiezo, un abrazo.

Deja al niño en su ilusión de niño,
al grande en su desilusión de grande,
y deja al viejo en su despertar tardío.
Deja que todo sea, derecho o torcido,
como caminos que lejos te llevan al olvido,
o como enredaderas que se aferran por mil caminos que conducen a la nada.

Pero no dejes, en instantes, en parálisis...
Sobre todo deja, una marea,
Que corra, deambule, se filtre en los corazones que toques.
Porque ¿sabes?, si no lo haces,
el sueño del niño no se deshilvana en la noche aquejada,
el grande perpetua una perdida,
el viejo duerme una esperanza,
y tú, pobre de ti, perdido en el olvido.

Deja tu recuerdo recordado en tus corazones,
tus alegrías alegrando a quienes animas,
tus llantos llorados a quienes consuelas,
tus pasos seguidos, caminados, a medida que abres caminos en las almas.

Por Pablo Félix Jiménez
17/08/2008
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